jueves, 19 de octubre de 2017

Baúl

María se crió en un orfanato, después de que su familia desapareciera tras la guerra. En el orfanato hizo varias amigas. Con una de esas amigas se llevaba mejor que con las otras. Esta amiga estaba enferma, y sabía que iba a morir, pero no le contó nada a María, para que no se pusiera triste.
La chica tenía un baúl de madera muy bonito que a María le encantaba. Era un simple baúl de madera donde la chica guardaba sus jabones, maquillaje y más cosas de niñas pequeñas.
Un día le dijo a María que cuando muriese, se quedase el baúl y María le contestó que no dijese tonterías, que no se iba a morir, que saldrían juntas del orfanato cuando tuviesen edad.
A la mañana siguiente, la amiga de María amaneció muerta y la directora del orfanato, tras el entierro, se llevó las pertenencias de la chica.
Días más tarde la directora fue a ver a María y le dio el baúl que su amiga le había regalado. La directora no quiso tocar el baúl más, así que se lo dio a María en una bolsa y se fue.

Muchos años después, María se había casado y tenía varios hijos e hijas. Mar, su hija, vio un día el baúl y le gustó, así que María se lo regaló. Mar aceptó el regalo y se lo llevó a la casa. Cuando estaba metiendo sus cosméticos en el baúl sintió un extraño malestar. Eso le sucedía cada vez que se acercaba al baúl así dos días después de haberlo obtenido, se lo devolvió a María.

Tiempo más tarde, Juana, otra hija de María, apreció la belleza del baúl y María se lo regaló. Cuando Juana lo puso en su habitación, una voz de niña enfadada resonó por toda la casa gritando:

- ¡DEVUÉLVELO! NO ES TUYO, ¡DEVUÉLVESELO!

Juana, asustada, cogió el baúl y se lo llevó a su madre. Actualmente María guarda en su habitación el baúl que le regaló su amiga cuando eran pequeñas.

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