tag:blogger.com,1999:blog-1452452884170408362024-02-19T07:23:06.192+01:00RelatosUn lugar de cuentos y aventurasAntonio Robleshttp://www.blogger.com/profile/17292679146956200718noreply@blogger.comBlogger47125tag:blogger.com,1999:blog-145245288417040836.post-10102644464706634542017-12-09T22:02:00.001+01:002017-12-09T22:03:21.654+01:00Desbocada. Capítulo 6<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
Pasaron los días y Valeria no salía de casa. Estaba malhumorada, desagradable y además, olía mal. Su dejadez preocupaba a su familia y los trabajadores que la veían pasar.<br />
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Un buen día, su padre decidió hablar con ella. Estuvo largo rato intentando que la chica tuviese el valor suficiente para contarle lo que la hacía sentirse así.<br />
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Una vez enterado de todo, le propuso que se arreglase, cambiase es humor de perros e intentase socializarse un poco. No solo existía un hombre en la faz de la Tierra. Tampoco tenía por qué ser un hombre. Amigas con la que disfrutar del día a día. Algún entretenimiento, teatro, danza, que aprendiera a tocar el violín, cualquier cosa. Pero que cambiase o acabaría siendo una loca amargada rodeada de gatos piojosos.<br />
<br />
Esta conversación le afectó a Valeria, pero se quedo tirada en la cama y su padre se marchó, preocupado.<br />
<br />
Al día siguiente, Valeria se despertó temprano. Había decidido cambiar, no iba a dejarse destruir por un amor fracasado.<br />
<br />
Se aseó, desayunó y se fue a caminar.<br />
<br />
Llegó al pueblo y recordó las palabras de su padre. Entonces se dispuso a buscar una escuela de teatro. Se consideraba bastante dramática y peliculera, por lo que se le daría bien el arte de actuar.<br />
<br />
Estuvo horas paseando, buscando alguna escuela que le llamase la atención, pero no encontraba.<br />
<br />
- Shhh, SHhhhh. - se escuchó desde un callejón.<br />
Valeria se acercó a ver quien la llamaba de esa manera.<br />
- ¿Hola? - dijo Valeria, extrañada.<br />
- ¡HOLA SEÑORITA! - dijo el hombrecito extraño, muy emocionado.<br />
- Eres tú, sinvergonzón. ¿Por qué me llamas a escondidas?<br />
- Pensé que no querrías que te viesen conmigo, por ser..., como soy.<br />
- Me da igual lo que piense la gente, ¿acaso no es evidente? - le dijo Valeria con aires chulescos.<br />
- Bien entonces, usted me sorprende. ¿Tiene algún trabajito nuevo para mi? - le dijo el extraño hombrecillo con una picarona sonrisa en su pequeña cara demacrada.<br />
- En primer lugar, no es necesario que me hables de usted, no soy tan vieja. Y en segundo lugar, no, ahora estoy buscando una escuela de teatro donde apuntarme.<br />
- Aaaaahhhh, interesante, pero no te veo yo haciendo de eso. Eres más brava, por lo que te va mejor luchar con espadas o tirar con arco. ¡ACCIÓN!<br />
- Ahora que lo dices, no se ni que quiero. ¿Sabes dónde podría aprender a luchar con espadas y arcos? - preguntó Valeria, con intriga.<br />
- Sígueme, te llevaré a un lugar que te hará olvidar y sentir.<br />
<br />
Chica y hombrecillo se fueron juntos entre callejones hasta que salieron del pueblo y entraron al bosque.<br />
Continuaron hasta llegar a un gran claro, donde el bosque no era tan espeso. Nada mas entrar al claro en el bosque, Valeria pudo ver al menos 10 tiendas enormes y mucha gente con extraños ropajes. Fuegos, espadas, malabares y demás cosas que la dejaron sin habla.<br />
<br />
El hombrecillo cogió a Valeria de la mano y se dirigió hacia un hombre de casi 2 metros, con pelo largo que portaba una enorme espada.<br />
<br />
- ¡HOLA FORTACHÓN!, vengo con una amiga, quiere aprender a disfrutar de las emociones de la vida. - dijo el hombrecillo al hombre de casi 2 metros al que llamaban Fortachón.<br />
- Bienvenido, hombrecillo. Bienvenida, amiga de hombrecillo. - dijo Fortachón con una voz grave, bastante apropiada para su tamaño y musculatura.<br />
- Hola, soy Valeria. ¿De verdad te llamas Fortachón?<br />
- Aquí no tenemos nombres convencionales. - dijo Fortachón con una sonrisa agradable.<br />
- Bien, pues he venido a aprender a manejar espadas y arcos, pero veo tantas cosas emocionantes. ¿Esa mujer de allí tiene barba?<br />
<br />
El hombrecillo y Fortachón comenzaron a reir por el comentario de la barba. Luego, le presentaron a Valeria a todos los miembros del grupo, junto con las habilidades que tenían. Estaba emocionada, y decidió que quería aprenderlo todo.<br />
<br />
Entonces, se hizo de noche, y se fue a casa acompañada por el extraño hombrecillo. Esta vez no se fue corriendo. Tampoco se fue llorando. No se fue enfadada. Esta vez se fue tranquila, emocionada por que llegase el día siguiente, en el que comenzaría una nueva etapa en su vida.<br />
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Antonio Robleshttp://www.blogger.com/profile/17292679146956200718noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-145245288417040836.post-17282431996453348602017-10-26T19:00:00.000+02:002017-10-26T19:00:03.321+02:00Abeja de juguete<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
Juana trabajaba como limpiadora. Una de las casas donde iba a limpiar vivía un matrimonio. El matrimonio tuvo hacía años un hijo, que nació muy enfermo y acabó muriendo a los 7 años de edad.<br />
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La casa era grande, tenía una gran entrada, un pasillo que comunicaba el salón, la cocina, el baño, las escaleras a la planta superior y la entrada al corral.</div>
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El niño fallecido tenía muchos juguetes que sus padres le habían comprado y hecho. Había uno en concreto que le gustaba mucho, y se pasaba horas jugando con él. Se trataba de una abeja en un alambre, que al darle la abeja bajaba y subía por el alambre.</div>
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Cuando el chico murió, su madre puso la abeja en la entrada de la casa porque aseguraba que el niño seguía por allí, su espíritu seguía allí con ellos.</div>
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El hijo de Juana iba a ayudar al hombre de la casa con los animales todos los días. Siempre que pasaba por el pasillo le daba a la abeja para que subiese y bajase. Cuando le preguntaban por qué le daba siempre contestaba que un niño le pedía que le diese.</div>
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Un día, el hijo de Juana pasó con un cubo en cada mano y no pudo darle a la abeja, y la abeja comenzó a moverse como si le hubiese dado. Ellos no se asombraron porque ya habían notado antes cosas similares.</div>
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Pasó el tiempo y la dueña de la casa habló con su marido sobre despedir a Juana, porque ya no necesitaban sus servicios. Entonces, se le manifestó su hijo y le dijo: "¡NO LES ECHES!".</div>
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Según lo explicó la mujer, su hijo no quería que Raúl, el hijo de Juana dejase de ir allí. Juana también le explicó que alguna conexión había entre ellos, que debían de haber hablado porque Raúl hablaba en sueños y decía cosas sobre el niño, cosas que hablaba o hacía con él. </div>
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Es increíble como algunas personas pueden percibir ese lado de la realidad. A veces siento envidia, aunque sería raro ver muertos. Cómo saber si es real o no. Que complejo es el mundo y que simple lo vemos.</div>
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Antonio Robleshttp://www.blogger.com/profile/17292679146956200718noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-145245288417040836.post-84420319585667329202017-10-19T19:00:00.000+02:002017-10-19T19:00:06.336+02:00Baúl<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
María se crió en un orfanato, después de que su familia desapareciera tras la guerra. En el orfanato hizo varias amigas. Con una de esas amigas se llevaba mejor que con las otras. Esta amiga estaba enferma, y sabía que iba a morir, pero no le contó nada a María, para que no se pusiera triste.<br />
La chica tenía un baúl de madera muy bonito que a María le encantaba. Era un simple baúl de madera donde la chica guardaba sus jabones, maquillaje y más cosas de niñas pequeñas.<br />
Un día le dijo a María que cuando muriese, se quedase el baúl y María le contestó que no dijese tonterías, que no se iba a morir, que saldrían juntas del orfanato cuando tuviesen edad.<br />
A la mañana siguiente, la amiga de María amaneció muerta y la directora del orfanato, tras el entierro, se llevó las pertenencias de la chica.<br />
Días más tarde la directora fue a ver a María y le dio el baúl que su amiga le había regalado. La directora no quiso tocar el baúl más, así que se lo dio a María en una bolsa y se fue.<br />
<br />
Muchos años después, María se había casado y tenía varios hijos e hijas. Mar, su hija, vio un día el baúl y le gustó, así que María se lo regaló. Mar aceptó el regalo y se lo llevó a la casa. Cuando estaba metiendo sus cosméticos en el baúl sintió un extraño malestar. Eso le sucedía cada vez que se acercaba al baúl así dos días después de haberlo obtenido, se lo devolvió a María.<br />
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Tiempo más tarde, Juana, otra hija de María, apreció la belleza del baúl y María se lo regaló. Cuando Juana lo puso en su habitación, una voz de niña enfadada resonó por toda la casa gritando:<br />
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- ¡DEVUÉLVELO! NO ES TUYO, ¡DEVUÉLVESELO!<br />
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Juana, asustada, cogió el baúl y se lo llevó a su madre. Actualmente María guarda en su habitación el baúl que le regaló su amiga cuando eran pequeñas.<br />
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Antonio Robleshttp://www.blogger.com/profile/17292679146956200718noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-145245288417040836.post-65520740093922830792017-10-12T19:00:00.000+02:002017-10-12T19:00:37.996+02:00Aparición<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
Era una tarde de intensa lluvia. Raúl estaba en su tienda, trabajando. Era una tarde aburrida, porque la lluvia no invitaba a salir a ningún sitio, y parecía que la gente no tenía nada que comprar.<br />
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La lluvia no cesaba, y Raúl paseaba de un lado a otro de la tienda, pensando en cerrar e irse a casa, a ver una película, o algo. Se situó ante la puerta de la tienda y observó la lluvia.<br />
Al rato, decidió cerrar la tienda e irse. Cuando estaba cerrando la puerta, vio a su abuelo al fondo de la tienda diciéndole:<br />
- Raúl!!, ten cuidado.<br />
- ¿Abuelo? - preguntó Raúl.<br />
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Asombrado, entró en la tienda para hablar con su abuelo, que llevaba años muerto. Éste deapareció y Raúl cerró la tienda y se fue a su casa.<br />
<br />
¿Con qué tenía que tener cuidado Raúl? ¿Por qué se apareció su abuelo?<br />
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Tal vez si su abuelo no hubiese aparecido para decirle que tuviese cuidado habría sufrido un accidente. Quién sabe...</div>
Antonio Robleshttp://www.blogger.com/profile/17292679146956200718noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-145245288417040836.post-51013083581659187342017-10-05T19:00:00.000+02:002017-10-05T19:00:00.963+02:00Intervención<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
Juana trabajaba para el doctor que llevaba el caso de su sobrino. El niño tenía 7 años cuando le diagnosticaron cáncer de pulmón y de hígado.<br />
El día antes de ir al hospital de Sevilla, el doctor, le dijo a Juana que su sobrino no tenía ninguna posibilidad, que era imposible que se salvase. En Sevilla le extirparían el cáncer, pero era imposible sacarlo sin que quedaran restos. El cáncer es como las algas enterradas en arena, si tiras de ellas se rompen y quedan restos en la arena.<br />
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La hermana de Juana, María, estaba muy preocupada por su hijo y se pasaba el día llorando. De madrugada, partieron hacia Sevilla porque tenían que estar por la mañana temprano en el hospital.<br />
Desde Algeciras hasta Sevilla hay un largo camino de 2 horas.<br />
Iban por el camino tranquilamente cuando de repente vieron una luz que surgía de algo enorme delante de ellos. Sin saber por qué, el coche se paró y no arrancaba. María estaba asustada, tanto que comenzó a llorar histérica abrazada a su hijo. La luz cada vez estaba más cerca y el marido de María no conseguía hacer que el coche arrancase.<br />
De repente, la luz desapareció y el coche arrancó de inmediato. Nerviosos por tal extraño suceso siguieron el camino y llegaron a Sevilla.<br />
<br />
Ya en el hospital, llevaron al niño al quirófano y le operaron. Para sorpresa de los médicos, que pensaban que el niño no iba a sobrevivir a la operación, el cáncer salió entero de una pieza y el niño sobrevivió.<br />
La felicidad inundó los corazones de sus familiares y ahora el niño es un hombre y lleva una vida normal.<br />
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Antonio Robleshttp://www.blogger.com/profile/17292679146956200718noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-145245288417040836.post-2056685191953313662017-09-28T19:00:00.000+02:002017-09-28T19:00:09.809+02:00Silueta<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
Anoche fuimos, mi pareja y yo, a ver la lluvia de estrellas. Se veía más o menos bien, pero no es que fuera una lluvia intensa. Yo vi dos o tres estrellas fugaces, y mi novia también vio alguna que otra.<br />
Estuvimos una hora más o menos, pero nos fuimos, porque hacía mucho frío. De camino a casa, pasamos por una estrecha carretera con matorrales a cada lado. De pronto, vimos una figura de un blanco raro. Nos quedamos extrañados, yo le dije: "¿Qué coño era eso?"<br />
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Lo que vimos tenía forma de una persona encorvada, pero no tenía cuello y era entero blanco, ese blanco extraño, y sin ropa.<br />
Hemos vuelto de día y no hay nada allí. Ni una estatua, ni una pared, ni nada que se parezca a lo que vimos. No se lo que puede ser eso que vimos pero podemos especular.<br />
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Para mí que fue un extraterrestre. No me parece extraño ya que por esa zona se han dado muchos casos paranormales. Mi novia, que es bastante escéptica con este tema, se creyó también que podía ser un extraterrestre. Ambos creemos que existen pero ella cree que aun no han llegado a la Tierra, sin embargo, yo si lo creo.<br />
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ESTÁN ENTRE NOSOTROS!!!</div>
Antonio Robleshttp://www.blogger.com/profile/17292679146956200718noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-145245288417040836.post-12061873168297733582017-09-21T09:00:00.000+02:002017-09-21T09:00:14.055+02:00Siempre lo será<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
Cuando era pequeño iba de vez en cuando a casa de mis tíos. Vivían en unas casas adosadas que parecían pequeñas vistas desde fuera, pero en realidad eran bastante grandes.<br />
Siempre me sorprendía cuando escuchaba los gritos que venían del adosado de al lado. Pregunté a mis tíos que pasaba en esa casa. Me contaron que vivía un matrimonio desde hacía años. Una joven extranjera se había casado con un hombre mayor que ella. Desde que llegaron se escuchaba como se peleaban, como él le pegaba a ella y la hacía llorar. No la dejaba salir de la casa para nada.<br />
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Uno de esos días que estuve allí no los oí, y le pregunte a mis tíos. Me contaron que hacía una semana más o menos había ido la policía a esa casa y habían sacado un muerto. El hombre maltratador había muerto. Los días siguientes se vio como la mujer extranjera salía a todas horas de la casa a pasear, a comprar, a disfrutar; se la veía feliz.<br />
<br />
Unos meses después de la muerte de su marido, la chica extranjera empezó a comportarse de una forma extraña. Cuando iba por la calle, a veces, gritaba horrorizada y salía corriendo para encerrarse en su casa. En otras ocasiones se la escuchaba llorar en su casa. Así estuvo durante varias semanas, hasta que un día dejo de vérsela por el barrio.<br />
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Al cabo de un tiempo, la gente se preocupo, llamo a su puerta, pero no contestaba nadie. Los vecinos que se acercaban de vez en cuando, intentaron ver por las ventanas. Para su sorpresa, vieron que estaba tirada en el suelo con muy mal aspecto. Llamaron a la policía, y la encontraron tirada en el suelo, desnuda, muerta.<br />
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La gente especuló sobre el asunto. Algunos decían que ella mató a su marido, y que este volvió de entre los muertos para vengarse. Otros dicen que se suicidó porque no podía con el remordimiento de haber matado a su esposo. Yo pienso que él volvió, y siguió maltratándola como hacía en vida, una persona que es malvada en vida, también lo es cuando muere.<br />
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Antonio Robleshttp://www.blogger.com/profile/17292679146956200718noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-145245288417040836.post-58915389516319498102017-09-14T19:00:00.000+02:002017-09-14T19:00:17.041+02:00Flores<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
La señora Dolores iba todos los viernes al cementerio a poner flores en la tumba de su esposo. Le gustaba pasear por el cementerio para ver las flores tan bonitas que tenían los jardines. Estaba precioso, pensaba ella.<br />
Uno de esos viernes, mientras ponía flores en la tumba de su esposo, un hombre, aparentemente joven, la saludó:<br />
- Buenas tardes, señora - dijo el joven.<br />
- Buenas tardes, ¿puedo ayudarle en algo?<br />
- Sí, ¿podría poner unas pocas flores en aquella tumba? Por favor.<br />
- Por supuesto - respondió Dolores amablemente.<br />
<br />
Dolores siguió al hombre de cerca. A los pocos segundos de camino, Dolores se dio cuenta de que los pies del hombre no llegaban al suelo, sin embargo caminaba. A pesar de quedar perpleja ante tal situación, Dolores no dejó de caminar junto al hombre.<br />
Llegaron a la tumba, y Dolores puso flores en ella. Al ver la foto que había en la tumba se dio cuenta de que era el mismo hombre que le había pedido que pusiera flores en ella. El hombre le dio las gracias, y Dolores vio como se desvanecía poco a poco.<br />
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A partir de ese día, Dolores llevó flores a la tumba de su esposo y a la del hombre al que otorgó, según pensó ella, la paz.<br />
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Este relato me parece muy interesante. Ese hombre solo quería que alguien le recordase, que alguien velara por su tumba. Se topó con una mujer bondadosa que le dio la paz para poder ir a donde vayan los espíritus. Supongo que irán a algún lugar porque con la de humanos que han muerto desde que comenzó la vida, estaría el mundo petado de fantasmas.<br />
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Antonio Robleshttp://www.blogger.com/profile/17292679146956200718noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-145245288417040836.post-14354731609266798112017-09-07T19:00:00.000+02:002017-09-07T19:00:07.003+02:00Atrapado en la rutina<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
De pequeño solía ir con mi primo a casa de una mujer, Manoli, que vivía en el campo, cerca de la casa de mi abuela. Me gustaba ir allí porque tenía muchos animales; caballos, gallinas, cerdos, palomas, etc.<br />
Pero siempre que iba, notaba cosas extrañas. Al entrar en la casa, siempre me recorría el cuerpo un frío que entraba por el pecho y salía por la espalda, como si algo pasase a través de mi.<br />
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Íbamos a la casa porque mi primo ayudaba a Manoli a dar de comer a los animales, y a limpiar el corral y demás cosas. Estar dentro de la casa no me gustaba nada, porque pasaban cosas raras.<br />
Uno de los días que estuve allí, me fije en que cuando entramos, el jarrón de flores de la mesita de la entrada estaba ahí mismo, pero luego cuando volvimos a entrar a la casa, después de dar de comer a los animales, pues estaba en una repisa que estaba en el otro lado del pasillo. Pensé que podía haberlo cambiado la mujer de sitio pero lo dudo porque seguía sentada en su mecedora.<br />
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Los siguientes días que fui me estuve fijando en los objetos que había en la casa, al menos en la parte de la casa por donde yo pasaba. Comprobé que siempre se movían los 2 mismos objetos, el jarrón de flores y una foto de un hombre.<br />
Un día de tantos, mientras caminábamos mi primo y yo hacia la casa de Manoli, se lo comenté. Llegamos y se fijó él. Al volver a la casa se dio cuenta de que tenía razón y decidió preguntar a Manoli si ella se había dado cuenta. Manoli contestó:<br />
- Es que Cristóbal, mi marido, siempre cambiaba el jarrón de flores y lo ponía al final del pasillo para que le diera más luz por la tarde a las flores, y por la mañana lo volvía a poner en la mesita. Y la foto la cambiaba de sitio para no dejar el hueco en la mesita. Ay mi Cristóbal, que le echo de menos.<br />
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Bueno, parece que el espíritu estaba tan feliz con su vida que se quedó atrapado en ella, al menos en la parte de cambiar las cosas de lugar. Era muy extraño saber que había una presencia que cambiaba cosas de sitio tan cerca, pero tampoco me molestaba.<br />
Muchas veces siento ese mismo frío atravesando mi cuerpo y pienso que habrá un espíritu cerca. Me gustaría al menos poder verlos para saber de quién se trata.</div>
Antonio Robleshttp://www.blogger.com/profile/17292679146956200718noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-145245288417040836.post-62416815205799686012017-08-31T19:00:00.000+02:002017-08-31T19:00:36.342+02:00Alma bondadosaSiempre he sabido que en mi familia se han dado muchos sucesos paranormales. Ver, sentir, escuchar e incluso recibir ayuda de ellos.<br />
María estaba en casa recogiéndo un poco antes de irse a dormir. Vivía con su madre, que ya se había acostado. Terminó de recoger la cocina, y fue a recoger el lebrillo del suelo, para ponerlo sobre la mesa. El lebrillo era muy pesado, era dónde se bañaban antiguamente.<br />
¿Y ahora cómo subo yo el lebrillo a la mesa? - dijo, hablándo para sí misma.<br />
Yo te ayudo María. - dijo su hermano Pepe, que llevaba varios años muerto.<br />
Entonces con la ayuda de Pepe, levantó el lebrillo y lo puso sobre la mesa.<br />
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A la mañana siguiente, la madre de María le dijo:<br />
- María, ¿cómo has subido eso ahí hija, con lo que pesa?<br />
- Me ayudó mi hermano Pepe - contestó María.<br />
Y la madre, que estaba acostumbrada a tratar con espíritus, no se sorprendió.<br />
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Como dije en otra de mis entradas, hay muchos tipos de espíritu, hoy el bondadoso. Es extraño para el que nunca ha tenido trato con un espíritu. Sin embargo, para mi no lo es. A pesar de no haber visto alguno, creo firmemente en quienes los han visto, por ejemplo, mi primo pequeño le decía a su padre que no quería ir al baño porque el tío del puro estaba allí, y allí no había nadie corporeo. Mi hermano, en casa de mi abuela estuvo hablando con mi abuelo que llevaba años muerto. También jugaba con el a tirarse los cojines del sofá, como hacían cuando era él más pequeño. Los espíritus son una realidad, después de la muerte, debe de haber otra forma de seguir la vida.Antonio Robleshttp://www.blogger.com/profile/17292679146956200718noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-145245288417040836.post-28531143337320763852017-08-24T19:00:00.000+02:002017-08-24T19:00:11.353+02:00Ella me persigueDesde pequeño le he tenido cierto, temor, a las jeringuillas. Un día, pedí cita al médico para que me hiciera un lavado de oído. Que tonto fuí, no debí haberlo dejado... lo vi venir y lo dejé...<br />
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El día de la cita, llegué a la consulta. Entré y me dijeron que me sentase en un banco que había y me dijo el médico que sujetase un recipiente de metal contra mi cuello debajo de la oreja. Fue y recogió algo, un objeto de metal con forma de jeringuilla. Una jeringuilla enorme!!<br />
Tenía agua dentro la condenada, así que me puso la jeringuilla en la oreja y me echó el agua que salía a presión y me limpió el oído. Con el otro hizo lo mismo, y como estaba mareado con el primero, el segundo fue ya un remate.<br />
Me senté en un sillón que había allí pero de pronto todo se volvió oscuro. Volvió la luz y vi una figura negra que se acercaba a mí. Llevaba una túnica negra y una capucha que le hacía una sombra sobre la cara, por lo que solo se le veía oscuridad en ella. Tenía el brazo extendido y la mano abierta como si quiesiera cogerme. Yo estaba muy asustado así que cerré el puño e intenté pegarle. De repente desperté y el médico estaba delante mía intentando cogerme del suelo. Casi le doy un puñetazo al médico, casi.Antonio Robleshttp://www.blogger.com/profile/17292679146956200718noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-145245288417040836.post-78413031133037180572017-08-21T19:00:00.000+02:002017-08-27T21:13:19.137+02:00Juguetón<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
La casa de Juana siempre me había resultado algo... misteriosa. Cómo podía yo imaginarme, lo que años más tarde me contaron.<br />
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Juana tenía a su hijo en la cuna dormido, mientras ella hacía las tareas de la casa; recogía y tendía la ropa, ponía otra lavadora, fregaba, etc.<br />
De pronto el bebé comenzó a llorar y Juana bajó las escaleras para ver que le pasaba. A mitad de camino, dejó de escuchar el llanto del bebé. Llegó al salón y vio que la cuna estaba meciéndose sola y el bebé se había quedado dormido de nuevo. Comprobó la puerta que daba a la calle. Estaba cerrada. </div>
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Tras el extraño suceso, siguió con sus tareas. Fue a guardar la ropa en el armario, pero este no se dejaba abrir. La puerta se atrancaba de vez en cuando y no había manera de abrirla. Dejó la ropa encima de la cama y fue a hacer la comida.</div>
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Por la tarde, Juana estaba trabajando, y María, su madre, se encargaba del bebé. María escucho un ruido en las habitaciones, en la planta de arriba de la casa. Subió las escaleras y entró a la habitación y vió la ropa encima de la cama. De repente, la puerta del armario se abrió, y María, que sabía que la puerta de ese armario estaba atrancada y no podía abrirse, al menos tan facilmente, dijo en voz alta:<br />
- Eeeh, a mi no.<br />
Y se fue abajo con el bebé.<br />
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Parece un fantasma con ganas de cachondeo. Mecer la cuna, atrancar una puerta y luego abrirla... En el mundo de los espíritus hay de todo por lo que se ve. Hay espíritus que se presentan ante alguien para despedirse porque quería hacerlo antes de morir, pero no le dió tiempo.</div>
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Antonio Robleshttp://www.blogger.com/profile/17292679146956200718noreply@blogger.com0España40.463667000000008 -3.749220000000036614.533696500000008 -45.057814000000036 66.393637500000011 37.559373999999963tag:blogger.com,1999:blog-145245288417040836.post-35117013108961085152017-08-18T18:00:00.000+02:002017-08-27T21:13:46.243+02:00Presencia<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
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De pequeño siempre íbamos mis padres, mis hermanos y yo a casa de mis abuelos a almorzar. Solían ser sábados normales, sin sucesos extraños. Hablábamos, reíamos, los periquitos que tenía mi abuela practicaban sexo mientras comíamos y armaban mucho ruido, en fin, sábado normal.<br />
<br />
Sin embargo, uno de esos sábados pasó algo. El grifo de la cocina se habría solo, lo cerrábamos bien y se volvía a abrir. Luego, mi madre escuchó unos pasos en el piso de arriba ( la casa es de 3 plantas ), en las habitaciones y los perros estaban al principio de la escalera ladrando con fuerza hacia arriba. Todos estábamos abajo así que nadie podía estar arriba. Mi abuela subió y miró en las habitaciones de las 2 plantas superiores. Al bajar nos dijo que no había nadie arriba.<br />
Continuamos hablando como si nada hubiese pasado. Al cabo de un rato, los perros salieron corriendo hacia las escaleras, ladrando ferozmente. Por la escalera, cayó un paraguero que había en la esquina donde la escalera giraba. Nos quedamos todos mirando con cara de susto hacia las escaleras y nos apartamos, y los perros seguían ladrando. En un instante, se hizo el silencio, los perros salieron corriendo hacia el patio y comenzaron a ladrar de nuevo cada vez más cerca de la puerta. Nos quedamos pasmados.<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
A veces, cuando una casa es antigua, puede tener presencias de seres que la habitaron en otra época, o puede que solo este pasando por ahí. El día que hable con alguna presencia le preguntaré.<br />
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Antonio Robleshttp://www.blogger.com/profile/17292679146956200718noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-145245288417040836.post-26093832105014349462017-08-16T14:34:00.000+02:002017-08-27T21:14:05.321+02:00Intruso<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
Sabía que los perros tienen una especie de sexto sentido que les permite detectar, ¿cómo decirlo?, presencias.<br />
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No se si los pájaros también tienen algo así pero fue muy extraño.</div>
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Todo comenzó una noche normal, en un día normal, de un caluroso verano normal.</div>
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Estaba dormido placidamente cuando escuché el alboroto.</div>
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Me levanté de la cama sobresaltado y me fui hacia la puerta. Mi pareja estaba al fondo del pasillo, asustada por el ruido. </div>
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Procedía del piso superior así que encendí la luz de la escalera y subí.</div>
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No logré ver nada extraño, ni personas ni animales que no tuviesen su lugar el cuartillo que formaba toda la planta de arriba de la casa.</div>
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Tan solo pude ver a mis 3 pájaros, asustados, agitando las alas como si alguien intentase cogerlos.</div>
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Cuando me acerqué se calmaron y les pregunté qué les había pasado. </div>
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Solo me miraron. Normal, los pájaros no hablan humano. Hablan pájaro.</div>
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Abrí la puerta de la azotea y me asomé a ver si había alguien o algo. No vi nada.</div>
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Cerré la puerta, apagué la luz y fui escaleras abajo. Mientras bajaba, una corriente de aire pasó por mi lado. Fue extraño. Estaba todo cerrado. No le di importancia y me fui a la cama de nuevo.</div>
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Pasó el día y volvió la noche. Volvió a pasar lo mismo. A la misma hora. Los mismos sucesos. Se repetía y ya no era normal.</div>
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Bajé la escalera y la puerta del baño se cerró de golpe.</div>
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Pero si el cuarto de baño no tiene ventanas, pensé.</div>
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En un acto de valentía o tal vez insensatez abrí la puerta que se acababa de cerrar y encendí la luz.</div>
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Nada, un cuarto de baño vacío. Lógico, ¿qué esperaba encontrar?</div>
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A la noche siguiente se volvió a repetir. Esta vez la puerta del baño no se cerró. </div>
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Me dirigí hacia la habitació pero escuche un ruido como de agua cayendo por un desague, mucha cantidad. </div>
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Fui corriendo al baño y el ruido cesó. Pude oir que provenia del lavabo. Abrí el mueble bajo el lavabo. Era un hueco vacío con una repisa de madera y un suelo de losa.</div>
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Una de las losas estaba suelta, así que la levanté. Había un agujero bajo ella y un sobre en su interior. Lo cogí, puse la losa y cerré la puerta del mueble.</div>
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Me fui al salón y abrí la carta. Solo había una cosa escrita, pero cientos de veces.</div>
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<i>¡ESTA ES MI CASA!</i></div>
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<i><br /></i></div>
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Completamente acojonado fui a contárselo a mi pareja. Ya éramos dos acojonados. No conseguimos dormir en toda la noche.</div>
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Al día siguiente estábamos muy cansados. Creíamos que dormiríamos por el mero echo de estar derrotados entre la falta de sueño y el cansancio de una dura jornada de trabajo.</div>
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Así fue. Sobre las 2 de la madrugada volvimos a escuchar un ruido. Me levante dispuesto a darle una paliza al fantasma, presencia o lo que fuese que estuviese fastidiando. </div>
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No había nada. Apagué la luz del baño y me dispuse a volver a la cama.</div>
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- ¡ESTA ES MI CASA! - sonó por toda la escalera retumbando en las paredes. </div>
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Estaba aterrorizado. Mi novia se vino corriendo conmigo al oirlo.</div>
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No sabíamos que hacer. De repente vimos una sombra bajando la escalera. Parecía una mujer mayor por su forma encorbada y la voz fría y áspera. Marqué en el móvil el número de emergencias y se lo di a mi novia y la encerré en el salón. </div>
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La cosa que bajaba por la escalera se avalanzó contra mi. Quería agarrarme el cuello. La tiré al suelo y me aparté. Era una mujer mayor, de unos 200 años por lo menos, estaba muy arrugada.</div>
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Al cabo de unos 20 minutos llegó la policía.</div>
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Resultó ser la madre de la mujer que nos había alquilado la casa. Estaba mayor y había perdido la cabeza. No sufrió ningún daño pero nosotros pasamos la peor semana de nuestra vida.</div>
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Creer en fantasmas es peor que no creer y que existan.</div>
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<div style="-webkit-text-stroke-width: 0px; color: black; font-family: "Times New Roman"; font-size: medium; font-style: normal; font-variant-caps: normal; font-variant-ligatures: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; orphans: 2; text-align: start; text-decoration-color: initial; text-decoration-style: initial; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing: 0px;">
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Antonio Robleshttp://www.blogger.com/profile/17292679146956200718noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-145245288417040836.post-60790811949614237372017-08-16T14:04:00.001+02:002017-08-27T21:14:25.716+02:00La señora de la casa<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
Era un día un tanto extraño. Juana notaba algo extraño en la casa, pero no sabía el qué. Estaba sola con los dos niños pequeños en la casa. Ellos jugaban y ella hacía las labores del hogar. En la azotea, mientras tendía la ropa, Juana sintió como la agarraban. No podía moverse, estaba paralizada. Intentó gritar pero no podía. Miró intento ver que era lo que la agarraba, pero no podía girar la cabeza, y lo que alcanzaba de su cuerpo no estaba sujeto por nada ni nadie. De pronto, se sintió libre. Asustada fue a ver a los niños y aliviada quedó al comprobar que estaban bien.<br />
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Llegó la noche y Juana acostó a los niños. Seguía teniendo esa sensación extraña, como si hubiese algo en la casa, una presencia que la observaba en todo momento.</div>
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Se duchó y se acostó. Tendida en la cama estaba cuando de pronto sintió que los pies de la cama se hundían, como si alguien se hubiese sentado. Se asustó tanto que se tapó con las sábanas hasta la cabeza.</div>
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Con el miedo que tenía no pudo decir ni una palabra, tan solo pudo temblar. Le llegó un fuerte olor a anís, y le extraño mucho, porque no tenía anís en la habitación, ni en ninguna parte de la casa.</div>
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Al cabo de un rato sintió como los pies de la cama se volvían a su sitio. Un momento después la ventana se abría y una corriente de aire agitó las cortinas. </div>
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Juana se destapó. Tenía los ojos lagrimosos del miedo que estaba pasando. Pero tenía que comprobar que todo estaba bien, y sobre todo, que sus hijos estaban bien. Cogió la lámpara que tenía en la mesita de noche y la empuñó con ganas. Se acercó a la ventana y miró. No había nadie. </div>
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Retrocedió y se dirigió a la habitación de los niños. Allí no había nadie. Y de pronto, escuchó la puerta del baño. Bajó las escaleras y vio como la puerta del baño se cerraba de un portazo y una especie de corriente empujaba las cosas que había entre el baño y la ventana de la cocina. Por esta ventana salió y Juana la cerró corriendo para que no volviese a entrar.</div>
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Esa noche no pudo pegar ojo. Era normal después de lo vivido. </div>
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Al día siguiente se lo contó a una vecina, amiga suya. Esta vecina le contó que antes de que ella viviese ahí, vivía una mujer mayor que se ahorcó un día. La mujer bebía anís todo el día, hasta que se ahorcó, borracha, acabando así con su vida.</div>
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Es increíble cómo un espíritu puede quedarse atrapado en una estancia. Cómo puede un alma vagar por el mundo de los vivos atormentándonos con su vaivén. Este mundo es mucho más de lo que parece, aunque los escépticos inventen cualquier cosa para negarlo.</div>
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Antonio Robleshttp://www.blogger.com/profile/17292679146956200718noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-145245288417040836.post-25088682364601533552017-08-16T13:32:00.000+02:002017-08-27T21:08:00.889+02:00InmóvilEste relato comienza en un sueño. Allí estaba María, soñando que paseaba por un prado de hierba verde que inspiraba vida hasta que de repente se siente inmóvil, sin fuerzas, algo la agarraba con fuerza. De repente despertó pero seguía sin poder moverse, con la sensación de que algo la sujetaba sin que pudiera moverse. Intentó gritar PEPE!!!, pero no tenía fuerzas para alzar la voz.<br />
<br />
Al cabo de un rato, Pepe aparece por la puerta y le pregunta a María:<br />
- ¿Qué te pasa María?<br />
- Pepe, no podía moverme, algo me estaba agarrando, no podía hablar, te estaba llamando pero no tenía fuerzas para que me escuchases. Y ahora de repente, me ha soltado.<br />
- María, te he escuchado gritar y he venido corriendo.<br />
- Ay Pepe que susto.<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
A veces notamos sensaciones extrañas como la que María ha sufrido. Sensaciones que nos hace sentir una corriente fría atravesarnos. Visiones en una zona oscura, como una forma borrosa pero con una forma humana que se acerca. Voces que nos llaman cuando estamos solos en casa. O lo más raro de todo, los objetos que desaparecen, buscas en toda la casa y no está, preguntas y nadie lo ha cogido, pero al cabo de un tiempo, aparece!!<br />
<br />
Sería interesante hablar con un fantasma. La de cosas que podría contar...<br />
<br />Antonio Robleshttp://www.blogger.com/profile/17292679146956200718noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-145245288417040836.post-10226498064857607542017-08-06T21:14:00.001+02:002017-09-03T21:36:55.595+02:00Desbocada. Capítulo 5<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
Adrián se fue con su acompañante a su casa. Cuando llegaron, éste la invitó a pasar y le ofreció algo de beber. Sirvió vino para los dos. Mientras se lo bebían, le enseño toda la casa y las tierras, era una buena copa de vino.<br />
<br />
Se llevaban muy bien, siempre tenían de que hablar y se lo pasaban bien juntos. Estuvieron horas andando por los terrenos de Adrián. Comieron juntos y por la tarde fueron de nuevo al pueblo para que la chica se comprase ropa, pues iba a pasar una larga temporada viviendo con Adrían.<br />
<br />
Cuando terminaron las compras ya era de noche y aprovecharon estar en el pueblo para cenar en un buen restaurante.<br />
Mientras cenaban, se dieron cuenta de que la gente no paraba de mirarlos y murmuraban. "Que gente mas chismosa", pensó Adrián.<br />
<br />
Tras la cena, cabalgaron juntos hacia el hogar, donde descansaron toda la noche.<br />
<br />
<br />
Mientras tanto, Valeria estaba muy nerviosa en su casa, esperando que el extraño hombrecillo fuera a contarle todo. No hizo más que dar vueltas por la casa como una lunática toda la tarde. Ni siquiera tuvo apetito para almorzar, e incluso cenar.<br />
<br />
Pasadas las 11 de la noche escuchó que llamaban a la puerta. Corriendo se fue a ver quien era.<br />
<br />
- ¡Por fin llegas! - le dijo Valeria al extraño hombrecillo.<br />
- Hasta ahora he estado con la tarea, señorita.<br />
- Pues venga, cuenta. He estado toda la tarde esperando que llegaras. Deben de hacer horas que terminaron su...., CITA.<br />
- Se equivoca, su cita aun no ha terminado. Siguen juntos en casa del joven apuesto. - le dijo el extraño hombrecillo con un tono maquiavélico.<br />
- Seguro que intentará tomar de ella lo que yo no le dejé tomar. Que asco de hombres. Sois todos iguales. - dijo Valeria, indignada.<br />
- Le contaré todo lo que pasó. ¿Por dónde empiezo? Ah, sí. Cuando usted los vió marchar, fueron a su casa. Le enseñó la casa y los terrenos. Estuvieron hablando y riendo todo el día. Comieron juntos y se miraban como un par de tortolitos, jejejejeje. Luego fueron a comprar ropa para ella y cenaron en el restaurante mas caro del pueblo.<br />
Luego no pasó nada más. Bueno sí, volvieron a la casa del joven y ahí se quedaron. Debería de ponerse celosa, jejejeje.<br />
- No se qué gracia la ves a esto. No la tiene.<br />
- Desde mi punto de vista si, jejeje. He cumplido con mi tarea, ¿dónde está mi dinero?<br />
- Ya que las noticias que me has traido no han sido de mi agrado, no me parece bien pagarte ni una sola moneda, jejejeje. - se burlo Valeria.<br />
<br />
Le cambió la cara al extraño hombrecillo, se puso entre enfadado y triste a la vez. Pero no le duró mucho la expresión de su rostro cuando vió que la chica tenía en la mano una bonita bolsa que parecía contener monedas dentro. Ella le lanzó la bolsa y se despidió del extraño hombrecillo.<br />
<br />
Rabiosa, triste y decepcionada se encerró en su habitación y se puso a pensar en un plan para descubrir quién era esa chica que quería robarle a su hombre, y luego destruirla, hacerla desaparecer.<br />
<br />
Al día siguiente, Valeria estaba de buen humor. Todos estaban extrañados, porque la chica siempre estaba quejándose por todo. Desayunó y se fue al pueblo, a la pastelería que olvidó el día anterior. Compró una buena cantidad de pasteles y se fue a un parque. Se sentó debajo de un árbol y comenzó a comer pasteles. Mientras, sacó una pequeña libreta de papel y un lápiz y comenzó a escribir su venganza.<br />
<br />
Pasó horas sentada, escribiendo terribles formas de causarle dolor a esa chica que le robó a su amado. Al final, rompió todos los papeles y los tiró con mucha ira. Se puso en pie y comenzó a caminar con paso firme y decidido hasta la casa de Adrián.<br />
<br />
Cuando llegó pudo ver de lejos un caballo salir corriendo de la cuadra y detrás los vió a los dos. Ella estaba encima de él, tirados en el suelo de la cuadra. Le saltaron las lágrimas de los ojos y se fue corriendo, de nuevo, a través del bosque, hacia su casa.</div>
Antonio Robleshttp://www.blogger.com/profile/17292679146956200718noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-145245288417040836.post-56895399143672178192017-08-06T17:57:00.001+02:002017-09-03T21:35:53.041+02:00Desbocada. Capítulo 4<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
Valeria corrió hasta llegar a su casa. Entró dando un buen portazo y luego apoyó su espalda y trasero en la puerta ya cerrada.<br />
<div>
Pasaron unos minutos hasta que recobró el aliento. Se dirigió a la cocina para beber agua.</div>
<div>
En la cocina se encontró a su padre dando unas indicaciones a la cocinera. Al ver la cara de su hija no puedo evitar preguntarle.</div>
<div>
<br />
- ¿Qué te ocurre Valeria?, te veo un poco alterada, y sudada.<br />
- Ese imbécil de Adrián, me besó y me toco las tetas. - le contestó a su padre.<br />
- ¡¿TE TOCÓ LOS PECHOS?! No quiero que vuelvas a ver a ese hombre. Ahora mismo voy a tener una conversación con ese tipejo. Jamás pensé que sería capaz de hacer algo así.<br />
<br />
De repente, sonó el timbre, alguien llamaba a la puerta.<br />
Salieron, padre e hija a ver de quién se trataba. Cuando abrieron la puerta se quedaron perplejos. ¡Era Adrián!<br />
<br />
- ¿Cómo te atreves a venir aquí después de lo que has hecho? - bramó Jorge Robleda.<br />
- Yo no he hecho nada señor, solo vengo a ver a su hija, estábamos..., bueno, ¿cómo decirlo...? Salió corriendo de repente y no se que pudo importunarla esta vez - respondió Adrián.<br />
- A lo mejor tocarle los pechos como un pervertido es una buena explicación para que salga corriendo. - respondió en tono irónico y enfadado Jorge.<br />
- ¿Le has dicho a tu padre que he tocado las tetas? Estás loca, eso no se le dice a un padre, ahora querrá matarme o algo. Creía que teníamos algo, solo me dejé llevar por la situación..., bueno da igual. Mis mas sinceras disculpas a los dos. No les molestaré mas. - explicó Adrián antes de marcharse.<br />
<br />
Jorge cerró la puerta y miró de forma severa a su hija.<br />
<br />
- Tiene razón, esas cosas no se le dicen a un padre a no ser que sea grave. Está muy mal lo que ha hecho pero deberías saber diferenciar entre un pervertido y tu novio excitado.... - dijo Jorge a su hija con un tono cansado.<br />
- ¡NO ES MI NOVIO! Solo me gusta un poco. Me pudo el enfado. Nos gustamos..., ¡pero no debería haberme tocado ahí tan pronto!. - dijo Valeria enfadada y se fue a su habitación a descansar.<br />
<br />
<br />
Pasaron unos días hasta que se volvieron a encontrar. Fue una mañama, en el mercado. Valeria buscaba una pastelería que le habían recomendado. Sin embargo, olvidó su misión cuando vió a Adrián hablando con una chica alta, hermosa y joven. Con cabello largo y oscuro. Ojos verdes y piel morena. ¿Quién es esa joven? ¿Acaso quería robarme a mi hombre?<br />
<br />
- ¿Mi hombre? ¿En qué estoy pensando? Estoy hablando sola. Me estoy volviendo loca por ese idiota pedante.<br />
<br />
Adrián y la misteriosa joven montaron en sus caballos y se fueron lentamente.<br />
<br />
- Mierda, mierda, mierda. Se van en caballo, así no les podré seguir. Y si les sigo a caballo me verán. - decía Valeria, hablando sola aún.<br />
- Si quieres puedo seguirles yo, ver que hacen y luego te lo cuento todo. Por un módico precio. - le sugirió un extraño hombrecillo con cara de sátiro.<br />
- Está bien, trato hecho, vé y luego cuando sepas todas las fechorías a las que han dedicado todo el día, vienes a mi casa y me las cuentas. Así sabré de que tipo de hombre me he enamorado. - dijo Valeria con convicción.<br />
- Hasta luego señorita. Iré a informarla esta noche, tenga preparada una suma considerable, o sino, la información no llegará a sus oídos. Jejejeje. - le dijo el extraño hombrecillo.<br />
<br />
Y así el hombrecillo se fue tras Adrián y Valeria se marchó a su casa a esperar, ansiosa, el resultado de la misión espía.<br />
<br />
<br />
<br /></div>
</div>
Antonio Robleshttp://www.blogger.com/profile/17292679146956200718noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-145245288417040836.post-52958820430143939372016-06-26T18:13:00.000+02:002017-08-27T21:08:00.986+02:00Frunkismilten. Un poco de sal.<div dir="ltr">
- Te digo que me tiro aquí mismo, no daré un paso más hasta que me digas hacia dónde diantres nos dirigimos. - dijo Maruck, dejándose caer al suelo.</div>
<div dir="ltr">
<br /></div>
<div dir="ltr">
Frunkismilten siguió caminando sin importarle que su amigo y compañero de viaje se hubiese detenido.</div>
<div dir="ltr">
Tras varios días de camino por un frondoso bosque consiguieron llegar a un gran claro con una caravana tras la cual, ascendía una pequeña columna de humo.<br />
Frunkis y Maruck se acercaron sin miedo para saludar a quienes hubiesen tras la caravana, pero se sorprendieron al ver que no había nadie.</div>
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<br /></div>
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- ¿De quién es esta caravana? <br />
- Y yo que sé Maruck.<br />
- Gruñón.<br />
- Caya, vamos a pasar aquí la noche. Usaremos esta hoguera para hacer algo de comer. Me voy a cazar algo.</div>
<div dir="ltr">
Frunkismilten se adentró en el bosque durante una hora y poco más. Cuando volvió se encontró a su amigo tirado en el suelo, inconsciente.<br />
Sin perder la calma ni darse prisa alguna se acercó a su amigo y lo despertó a tortas.</div>
<div dir="ltr">
- Maldita sea la magia y todas las artes oscuras. Las maldigo a todas. - espetó Maruck al despertar.<br />
- ¿Qué te ha pasado? No puedo dejarte solo, eres como un crío.<br />
- Esa maldita caravana tiene un encantamiento maligno que no me deja entrar.<br />
- Eso te pasa por curioso. Voy a ver qué tan importante hay dentro como para protegerlo con tal sortilegio. Cuidado y no te desmayes de nuevo, princesa - se burló Frunkismilten.</div>
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<br /></div>
<div dir="ltr">
Inspeccionó la entrada de la caravana esperando encontrar algún mecanismo que accionase una trampa o algo parecido. Al final tuvo razón Maruck, y era cosa de magia.</div>
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<br /></div>
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- Descansemos - dijo Frunkismilten tras descubrir que la caravana estaba protegida con magia.</div>
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<br /></div>
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Comieron lo que Frunkis había cazado y Maruck cocinó en la hoguera, bebieron vino y cayeron rendidos tras un largo día. </div>
<div dir="ltr">
A mitad de la noche, un espeluznante grito ahogado los despertó. El grito salía de la caravana y pedía socorro. Se acercaron a la entrada de la caravana y pudieron ver un espectro, un fantasma, un ser translúcido que les puso los pelos de punta.</div>
<div dir="ltr">
- AYUUUDAA - gritaba el espectro.</div>
<div dir="ltr">
<br /></div>
<div dir="ltr">
Maruck cogió su hacha y se dirigió a la parte de atrás de la caravana y con todas su fuerzas la golpeó.</div>
<div dir="ltr">
Lo único que consiguió fue salir despedido a varios metros de la caravana.<br />
<br />
- Eso te pasa por listo. ¿Acaso crees que la magia solo está en la puerta? Tsss - dijo Frunkis con desprecio.<br />
<br /></div>
<div dir="ltr">
- ¿Y qué hacemos para entrar? - preguntó Maruck.<br />
- Sal.<br />
- ¿Que salga de dónde?<br />
- Un poco de sal anulará la magia durante el tiempo necesario para entrar nosotros, o que salga lo que esté dentro.<br />
- O ambas cosas.<br />
- Exacto.<br />
<br />
Con un poco de sal rociaron la caravana anulando el sortilegio unos segundos. Al intentar entrar, un ser translucido los empujó hacia fuera. Al salir de la zona invadida de magia el ser fue adquiriendo color y forma hasta transformarse en una ninfa semidesnuda, con la piel verde como las hojas de un árbol sano, el pelo largo y cobrizo y unos ojos amarillos y enormes como los de un búho.<br />
<br />
- Gracias por liberarme amables caballeros. Pero aún no estoy a salvo. Si no se destruye esta caravana maldita volverá a atraparme y desaparecerá de este lugar. - dijo la ninfa con su dulce voz.<br />
- En primer lugar, no soy un caballero, pues no llevo caballo y mucho menos el animal que me acompaña. Estamos lejos de ser caballeros, somos dos amigos en busca de aventuras y tesoros mágicos. - dijo el duende con un tono de voz humorístico.<br />
<br />
- Sí, tesoros como tú preciosa. Ser mágico y divino. - dijo Maruck como un cerdo baboso.<br />
<br />
- Maruck, supera ese comportamiento de animal o me veré obligado a quitártelo a palos.</div>
<div dir="ltr">
<br />
- Disculpa señorita por mi anterior comentario, hace semanas que no vemos mas que tierra y árboles. Será un honor servirla y liberarla de ese sortilegio que la ata. ¿Qué podemos hacer para destruir tan poderosa magia?<br />
<br />
- Con la sal me habéis liberado de forma temporal. Solo se eso. Un poderoso brujo me atrapó y me encarceló. </div>
<div dir="ltr">
<br />
- ¿Y por qué un brujo iba a adentrarse en un bosque de ninfas para hacerte desaparecer? ¿Por quéno te mató? - preguntó el duende intrigado.<br />
<br />
- Por que soy la ninfa hechicera más poderosa del bosque. La única que podía hacerle frente al brujo pero me traicionaron mis aprendices. Si me hubiese matado matado toda la magia del bosque habría muerto conmigo y se habría convertido en un terreno impío y maldito.<br />
<br />
- Vaaaaya. - dijeron los dos aventureros al unísono.<br />
<br />
Frunkismilten cogió su bolsa de sal y comenzó a hacer un círculo alrededor de la caravana. Como no tenía tanta sal, el círculo era u a fina línea formada lor granos de sal.<br />
Para comproba el efecto, arrojó una piedra al interior de la caravana. Nada impidió entrar a la piedra. Acto seguido Frunkis entró en la caravano y se puso a inspeccionarla buscando el objeto del cual emanaba el poder del encantamiento.<br />
<br />
Maruck le acompañó en la búsqueda. Cuando los dos aventureros estuvieron dentro de la caravana se oyó un ruido que los alarmó. La puerta de la caravana se había cerrado.<br />
Maruck se fue hacia la puerta y comenzó a golpearla, sin embargo, el duende siguió buscando el objeto encantado.<br />
<br />
En la caravana había libros de historia, especias, una pequeña cocina con varios platos y vasos de madera. También había un pequeño sillón con una mesita al lado. La mesita tenía encima un candelabro con una vela consumida. La mesita tenía un cajón. Frunkis abrió el cajón y descubrió una pequeña rama con dos hojas, una verde y la otra negra. Al coger la rama el duende cayó de espaldas con los ojos en blanco.<br />
<br />
Al cabo de unos minutos Frunkismilten despertó y se encontró a su amigo y a la ninfa a su alrededor preocupados.<br />
Frunkis se levantó con la rama aún enla mano. La miró y le arrancó la hoja verde. Se escuchó el crugir de la madera y las paredes de la caravana cayeron hacia fuera para luego desaparecer como un puñado de ceniza arrastrado por el viento.<br />
<br />
- Eres libre. - dijo el duende a la ninfa.<br />
<br />
- Al fin, muchas gracias, os debo la vida. - dijo la ninfa emocionada.<br />
<br />
- Pero, ¿cómo lo has hecho viejo amigo? - preguntó Maruck.<br />
<br />
- Comiendo fruta y verdura todos los días jodido ganso.<br />
<br />
- Eres uan maestro de la simpatía, jodido duende.<br />
<br />
- ¿Puedo acompañaros en vuestros viajes? - preguntó la ninfa a los aventureros.<br />
<br />
- Si eres capaz de aguantar al enano marrano.<br />
<br />
- O al duende antipático este.<br />
<br />
- O al enano apestoso...<br />
<br />
- O al duende borracho...<br />
<br />
<br />
Y así continuaron sus viajes Frunkismilten y Maruck con su nueva amiga..., ¿cómo se llama? A nuestros amigos no se les ha ocurrido preguntar el nombre a la ninfa que les acompañará en sus viajes....<br />
<br />
<br />
<br /></div>
Antonio Robleshttp://www.blogger.com/profile/17292679146956200718noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-145245288417040836.post-90833395428993648022013-09-10T15:28:00.001+02:002017-08-27T21:08:01.074+02:00Arena mágica<br />
<br />
Había una vez una chica. Tenía una enfermedad en la piel que los médicos nunca habían podido tratar. Vivía infeliz por el echo de no poder salir al calle sin que la mirasen, sin que la señalasen con el dedo, sin que la mirasen con pena..., sin que se riesen de ella.<br />
<br />
La única vida social que experimentaba, a parte de la familiar, era el uso que le daba a internet. Acostumbraba a entrar en chats, jugaba juegos online, se podría decir que llevaba una vida virtual.<br />
<br />
Uno de esos días tristes, en los que estaba mas decaída, buscó por internet remedios para su problema, pero como muchas otras veces no encontró una cura. Entonces, decidió buscar un remdio menos convencional, una cura ficticia por llamarlo de alguna manera. Era consciente de que la magia no existía, pero las fantasías la ayudaban a sentirse mejor.<br />
<br />
Tras horas sin tener éxito en su búsqueda, encontró un post en un foro, "Las arenas mágicas de Uruh". Leyó en el post la leyenda de esas arenas y encontró lo que andaba buscando. Se trataba de una cueva inaccesible en una gran montaña. Esta montaña estaba cubierta de arena, y en la cima tenía un gran manantial rebosante de agua que al filtrarse por la montaña hasta la cueva hacía que se acumulara en la cueva arena mezclada con barro. Y esa mezcla, cuenta la leyenda, que se volvió curativa por la magia de la montaña.<br />
<br />
La chica no se quedó satisfecha con solo tener la información, quería saber donde estaba esa montaña, quería ir allí y untarse aquella mágica mezcla.<br />
<br />
Su búsqueda dio resultado. Encontró a un arqueólogo que en su página web hablaba de la leyenda de la arena mágica de Uruh, y anunciaba su próxima expedición. La chica emocionada contactó con el arqueólogo y le contó su historia, el por qué quería acompañarle en su aventura, y el arqueólogo, emocionado por la historia de la chica, aceptó llevarla con él.<br />
<br />
Un mes mas tarde estaba todo preparado. El arqueólogo, un guía y la chica comenzaron su aventura hacia la montaña. No les resultó difícil llegar allí, lo complicado fue encontrar la cueva. Pasaron 2 días explorando la montaña hasta que al fin la encontraron.<br />
<br />
Entraron a la cueva por un hueco en la montaña adornado por dos columnas, una de las cuales estaba cubierta de un líquido viscoso y negro.<br />
<br />
Al entrar encendieron varias lámparas de aceite, una cada uno, y así pudieron ver el estrecho túnel. Caminaron durante horas y el túnel cada vez se hacía mas estrecho, hasta que llegaron a una extraña y corta escalera pegada a la pared. Esta escalera llegaba a una pequeña sala iluminada por dos extrañas luces. Al fondo de la sala se podía ver un hueco en la pared de gran tamaño, y bastante alto, y una bañera de barro en el centro de la sala. La chica bajó las escaleras y se dirigió a la bañera y observó como caían del techo de la sala gotas espesas de una extraña sustancia. La sustancia era negra, parecía tierra mezclada con agua, arena y aceite de motor, sin pensarlo empezó a untársela por todo su cuerpo.<br />
<br />
El arqueólogo se dirigió al hueco en la pared. Al pasar, vio un largo pasillo cubierto de la misma sustancia negra y viscosa que vieron en la columna, en la entrada de la cueva. Al acercarse la sustancia se levantó del suelo, transformándose en un gran dragón negro.<br />
<br />
El arqueólogo salió corriendo hacia fuera, donde estaba la chica, gritando a los demás que corriesen. Para su sorpresa, el guía ya había desaparecido, como si supiera qué había en la cueva.<br />
<br />
Antes de que el arqueólogo llegase a la escalera, el dragón abrió la boca y expulsó una cantidad enorme de ese líquido viscoso y negro, envolviéndolos a los dos, dejándolos inconscientes.<br />
<br />
Cuando despertaron se encontraban en una cama, cada uno a un lado encima de la almohada, y el dragón, ahora convertido en una masa deforme y negra, se encontraba dormido entre los dos.<br />
<br />
Frente a ellos se encontraba un espejo en que pudieron ver su nuevo aspecto. El arqueólogo se había convertido en un muñeco pequeño y gordo, vestido con un traje de rayas verticales negras y blancas. Sus ojos eran dos pequeños puntos negros que limitaban con el sombrero de rayas horizontales blancas y negras.<br />
<br />
La chica se había convertido en una muñeca delgada y pequeña, vestida con un vestido de rayas verticales blancas y negras, y su pelo era largo y negro con mechas blancas.<br />
<br />
<br />
La chica sonrío al ver su aspecto, y así terminó su historia, haciendo realidad su sueño de una forma bastante particular.<br />
<br />
<br />
<br />
<br />Antonio Robleshttp://www.blogger.com/profile/17292679146956200718noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-145245288417040836.post-32097433042758069652013-01-21T17:36:00.000+01:002017-08-27T21:08:00.922+02:00SoledadNo era perfecto, pero era lo único que encontré a un precio razonable. Era un segundo piso de un edificio de 4 plantas. Al entrar por primera vez, recuerdo que me impactó el resplandor que formaba la luz en el interior del piso recién pintado de blanco, además, todo estaba impecable. Era un piso pequeño pero suficiente para una persona.<br />
<br />
Está bien, iré al grano. Todo iba bien, mejor de lo que pensaba que iría. Mi familia, mis amigos, todos me aconsejaban que no fuese a vivir solo, pero no pude seguir sus consejos, no tuve esa oportunidad.<br />
<br />
Tuve que mudarme por razones de trabajo, una empresa me ofreció el puesto de trabajo que necesitaba para ganar experiencia en el ámbito de trabajo que deseaba.<br />
<br />
Un día, llegué cansado del trabajo así que cené, me di una ducha y me acosté. Me dormí muy rápido pues no recuerdo nada desde que me tumbé hasta que de pronto me desperté al escuchar ruidos en el salón.<br />
Los ruidos no hubieran sido extraños si no fuese de noche, y más aun, si no viviese solo. Los ruidos parecían ser como si arrastrasen muebles. Pero, ¿quién estaba en mi piso arrastrando muebles? me pregunté.<br />
Me levanté haciendo el menor ruido posible pensando que eran ladrones. Cogí el móvil y marque el número de la policía y puse el dedo encima del botón para llamar. Abrí la puerta de la habitación lentamente sin hacer ningún ruido y me asomé poco a poco. Pude ver el salón y no había nada, o eso parecía desde ese ángulo de visión.<br />
Salí de la habitación y entré en el salón y allí no había nada ni nadie. Extrañado me volví a mi habitación y me dormí pensando que había sido un sueño, o tal vez algún vecino.<br />
<br />
Pasaron varios días sin ningún suceso extraño, aunque debo deciros que oía una voz quejándose, lamentándose, como si le doliese. Al principio sonaba como un bostezo pero se iba convirtiendo en el lamento de alguien que está sufriendo. La voz parecía de un anciano. Sin embargo, por aquel entonces pensaba que sería algún vecino.<br />
<br />
Una de esos días que volvía tarde de trabajar y me acostaba pasó algo. Estaba acostado y cuando comenzaba a conciliar el sueño notaba una brisa helada en mi cara. Me resultaba muy extraño pues la ventana estaba cerrada, además de la persiana, y la puerta de la habitación también lo estaba. De pronto paró la brisa así que me fui quedando dormido. Entonces me sobresalté al oír una voz grave que decía "¡FUERA!". Encendí la lámpara de la mesita de noche para ver quién o qué era, pero no vi nada, no había nada. Esta vez supuse que sería por el cansancio. Intenté dormirme de nuevo, esta vez lo conseguí, aunque tuve que taparme hasta la cabeza con mi manta pues la intermitente brisa helada no me quería dejar dormir.<br />
<br />
Al ir a vivir a este piso tuve que comprar muchos utensilios de cocina entre los cuales estaban incluidos un paquete de 10 cucharas de postre. Os preguntaréis por qué os cuento esto. Pues veréis, un día me di cuenta de que las cucharas desaparecían. Siempre después de comer llevaba todo a la cocina y lo fregaba, o lo dejaba en el fregadero para hacerlo más tarde. Tampoco entraba nadie en la casa excepto yo así que no tenían por qué desaparecer.<br />
<br />
<br />
Lo último que recuerdo de ese piso es que estaba durmiendo y una voz me despertó. "Despiertaa...," decía la voz en un susurro una y otra vez. Encendí la lámpara lo más rápido que pude pero otra vez no había nada. Una ráfaga de aire helado paso por mi rostro y se dirigió hacia la puerta, por encima de la mesita de noche, levantando las páginas de mi libro que estaba en la misma. La puerta vibró y me quedé inmóvil.<br />
De repente, la manilla de la puerta comenzó a abrirse y entonces cogí el móvil y llamé a la policía. Mi acongoje empeoró cuando por el teléfono una risa maquiavélica.<br />
Entonces entré en un estado de locura y fui directo hacia la puerta que ahora estaba encajada, tiré de ella golpeando esta contra la pared, pero al mirar, no vi nada.<br />
Fui al salón y allí vi una silla en el aire. De pronto, una figura apareció ante mis ojos. Una figura que levantaba una silla. No podía distinguir su rostro, estaba como difuminado. Le arrojé el móvil que aun no había soltado y le dije a voz en grito:<br />
<br />
- ¡¿Quién coño eres?!<br />
- Es mío. ¡Es mío! - dijo agresiva la figura, la aparición.<br />
<br />
Me arrojó la silla pero la agarré en el aire y le golpeé con ella. No noté resistencia de la silla al golpearle y la figura se deshizo formando una nube amorfa. La nube se vino hacia mi. Intenté apartarla con las manos pero me resultó imposible. Entonces noté esa brisa helada inundando mi cuerpo.<br />
Y entonces, me vi tirado en medio de la calle, bajo un gran charco de sangre. Fue muy extraño estar de pie frente a mi cuerpo estrellado, con una cadena dorada que salía de mi pecho.<br />
<br />
¿Que paso conmigo?<br />
Algo tiró del otro extremo de la cadena y me arrastró hacia una habitación que me deslumbraba, pues era toda blanca, y aun sin tener ventanas, ni puertas, estaba iluminada como un salón con un gran ventanal en un caluroso día de verano.Antonio Robleshttp://www.blogger.com/profile/17292679146956200718noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-145245288417040836.post-33138344984194627832012-12-11T01:24:00.005+01:002017-08-27T21:08:00.927+02:00Invasión<br />
<div style="text-align: justify;">
La vio pasar y no pudo resistirse. Corrió cuanto pudo, y embistiendo a los guardas hizo caer la urna que tanto ansiaba. Al caer al suelo, estalló en mil pedazos y de ella comenzaron a salir látigos de fuego que envolvieron al codicioso agresor, y entonces desapareció.</div>
<div style="text-align: justify;">
Tras tres años de investigación, lo único que consiguieron averiguar fue la identidad de aquel agresor, pero nunca supieron que fue de él. El desaparecido vivía en la calle Sánchez Mejías, se llamaba Ricardo Barela Torné y no tenía familia.</div>
<div style="text-align: justify;">
Se interrogó a los vecinos del Ricardo y lo único que descubrieron los policías fue que trabajaba como peón de albañil, y que fumaba sustancias psicotrópicas.</div>
<div style="text-align: justify;">
Aburridos de no descubrir nada, dieron a Ricardo por muerto y cerraron la investigación.</div>
<div style="text-align: justify;">
A los cinco años y medio de la desaparición de Ricardo, un meteorito del tamaño de un camión cayó en la Tierra, más concretamente en Madrid, España.</div>
<div style="text-align: justify;">
El meteorito fue recogido por agentes especializados y comenzaron a estudiarlo en una base militar bien protegida. El meteorito era completamente metálico y tan solo respondía a la electricidad. Eso hizo pensar a los investigadores que podía tener vida. Lo conectaron a una batería de un camión y el meteorito absorbió toda la energía de la misma. Al cabo de segundos, el meteorito comenzó a transformarse en un androide de cuatro metros de altura y dos metros de anchura. Antes de que pudiesen reaccionar para combatir al androide, éste les arrebató la vida y abandonó el lugar.</div>
<div style="text-align: justify;">
Días más tarde el androide comenzó a arrasar ciudad por ciudad. Pero no todo estaba perdido, Ricardo apareció de la nada, tal como se había ido. Había algo extraño en él, se le veía, poderoso. Poseía un aura de fuego, su musculatura había aumentado y de su espalda salían látigos de fuego.</div>
<div style="text-align: justify;">
Ricardo se puso frente al androide y se observaron durante unos segundos. Entonces comenzaron a atacarse. Sus puños chocaban creando ondas expansivas. Los látigos bloqueaban ataques del androide y lo quemaban, Ricardo no cesaba en su ataque y el androide perdía terreno.</div>
<div style="text-align: justify;">
Ricardo comenzó a girar sobre si mismo y fue acercándose rápidamente hacia el androide, parecía un torbellino. El androide intentó frenar el ataque de Ricardo pero acabó partido en mil pedazos.</div>
<div style="text-align: justify;">
Los espectadores vitorearon a Ricardo pero éste no estaba para nada contento, algo le preocupaba.</div>
<div style="text-align: justify;">
Entonces miles de meteoritos comenzaron a caer a la Tierra, por todas partes, y un haz de luz que provenía de la Luna los activó a todos.</div>
<div style="text-align: justify;">
La Tierra fue invadida, Ricardo no pudo hacer nada, sus poderes no sirvieron de nada contra aquel ejército de androides.</div>
<div style="text-align: justify;">
La raza humana fue esclavizada, sin embargo, al igual que Ricardo desapareció una vez, más humanos fueron desapareciendo. Algunos pensaban que algún día aparecería un ejército de súper hombres que vencieran a los androides.</div>
<div style="text-align: justify;">
La esperanza es lo último que se pierde.</div>
Antonio Robleshttp://www.blogger.com/profile/17292679146956200718noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-145245288417040836.post-921712342889502982012-11-22T03:18:00.002+01:002017-09-03T21:34:53.284+02:00Desbocada. Capítulo 3<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<br />
Con lágrimas de rabia deslizándose por sus mejillas, Valeria corría por el bosque, sin rumbo. Al cabo de un rato, tuvo que parar, pues no podía con su alma. Agotada, se dejo caer sobre las hojas caídas de los árboles.<br />
Tras unos minutos de descanso, decidió volver a casa, pero antes de mover un solo dedo...<br />
<br />
- ¡Vaya! si que eres rápida - dijo Adrián Mejías mientras se acercaba a Valeria.<br />
<br />
- Déjame en paz. No quiero hablar contigo, no quiero nada contigo - le dijo Valeria con lágrimas en los ojos.<br />
<br />
- De verdad que no te entiendo. Nos besamos, y me respondiste el beso, no se por qué...<br />
<br />
- ¡Tú me besaste! ¿Por qué has tenido que hacerlo? ¿Por qué has tenido que venir a este pueblo? - exclamó Valeria llena de rabia, otra vez.<br />
<br />
- ¿Tanto te cuesta admitir que sientes algo por mi? - preguntó Adrián con una voz que se apagaba con cada palabra.<br />
<br />
- No siento nada, absolutamente nada por ti excepto odio - dijo rotundamente Valeria.<br />
<br />
Adrián dio media vuelta y se marchó.<br />
<br />
Valeria volvió a casa y fue directa a la cocina. Comió hasta saciarse y luego se dio un baño que duró varias horas. Tras el relajante baño se acostó en su cama y durmió casi un día completo.<br />
<br />
Cuando despertó estaba repleta de energía así que fue a pasear por el pueblo. Fue un paseo bastante normal y aburrido, así que decidió volver a casa. Pero la vuelta no fue tan aburrida como ella esperaba, pues se topó con Adrián. Éste la ignoró por completo, como si no estuviese allí. Valeria se le quedó mirando fijamente, asombrada por el comportamiento de Adrián.<br />
<br />
- ¿Es que no vas a decirme nada? - dijo Valeria, disgustada.<br />
<br />
- Señorita, tengo cosas que hacer, por lo que no tengo tiempo para sus cambios de humor, sus impertinencias y sus arrebatos de niña pequeña - le contestó Adrián frío como el acero.<br />
<br />
- Pero... - comenzó a decir Valeria, pero cayó al ver que Adrián se alejaba, ignorándola.<br />
<br />
<br />
Valeria volvió a casa, desconcertada por lo que había sucedido. Hasta ahora nunca nadie la había ignorado de esa manera. Nunca la habían ignorado, siempre se salía con la suya y eso es lo que le fastidiaba de Ádrián, que sus numeritos no le llamaban la atención.<br />
<br />
Pasó días encerrada en casa pensando en que hacer. No se le ocurría la manera de volver a verle sin parecer que quería verle. Su orgullo se lo impedía. Se preguntaba continuamente por qué le habría dicho tan duras palabras.<br />
<br />
Pasaron semanas, en las que Valeria dedicó su tiempo a leer novelas románticas. Lloraba muy a menudo sin saber por qué.<br />
<br />
Un día, mientras Valeria picaba algo en la cocina, oyó que llamaban a la puerta y se asomó a ver quien era. El ama de llaves abrió la puerta y saludó al visitante.<br />
<br />
- Buenos días señor Mejías, pase, pase. Le está esperando en su despacho. Por aquí, acompáñeme.<br />
<br />
<br />
Valeria se quedó congelada. No se lo podía creer, estaba allí, en su casa.<br />
<br />
Sigilosa fue y se puso a escuchar tras la puerta del despacho de su padre. Pero no escuchó nada que le interesase. Cuando decidió escuchar tras la puerta, pensaba oír a Adrián pedirle su mano, a su padre. Había leído tantas novelas... .<br />
<br />
Entonces la puerta se abrió y Valeria se retiró corriendo.<br />
<br />
- Valeria, no deberías escuchar tras la puerta, si quieres saber de que hablamos solo tienes que preguntar - dijo Jorge Robleda, el padre de Valeria.<br />
<br />
- Lo siento papá. No volveré a hacerlo - se disculpó Valeria, lo cual asombró a todos los presentes. ¡Valeria disculpándose!<br />
<br />
- Bueno Jorge, ven mañana a recogerlos a la hora que quieras. Estaré por allí todo el día - se despidió Adrián.<br />
<br />
- Hasta mañana entonces, cuídate muchacho - se despidió Jorge Robleda.<br />
<br />
<br />
Y así se marchó Adrián, dejando a Valeria con cara de boba, mirándole fijamente como se marchaba.<br />
<br />
- Si te gusta, deberías lanzarte. Es un buen muchacho, además tiene buena mano con los negocios que lleva.<br />
<br />
- ¿Qué? ¿Por qué piensas que me gusta? - preguntó Valeria a su padre.<br />
<br />
- Bueno, desde que lo conociste se te ve, no te interesas tanto por una persona. Además, en este pueblo no hay secretos. Todo el pueblo sabe que, cada vez que os encontráis, discutiis y eso no es más que porque os gustáis. Es algo normal. ¿Quieres ir a recoger los caballos que le he comprado?<br />
<br />
- ¿Qué? Yo..., vale. - Contestó Valeria, colorada como un tomate.<br />
<br />
<br />
Pasó el resto del día muy nerviosa, dando vueltas de aquí para allá por toda la casa. Tampoco pudo dormir en toda la noche.<br />
<br />
Cuando amaneció, bajó a la cocina y sació su apetito. Luego subió se dio un baño y se puso su mejor vestido. Estaba preciosa.<br />
Con una sonrisa nerviosa en la cara, salió de la casa y caminó hacia las tierras de Adrián. Cuando llegó, no vio a nadie allí, así que se acercó a la puerta y llamó. Nadie le abría así que rodeó la casa para ir al establo. Cuando fue a asomarse a la puerta del establo, Ádrián salió montado a caballo velozmente, pisando un charco. Valeria se quedó con la boca abierta al verse cubierta de barro, su vestido, su piel, su pelo....<br />
<br />
Adrián desmontó del caballo pero no pudo moverse. Se quedó mirándola inmóvil, pues creía que le mataría en el acto.<br />
<br />
- La última vez que me puse este vestido, me lo manchaste de comida. Ahora de barro. No te gusta, ¿verdad? - dijo Valeria, sonriendo.<br />
<br />
- Lo siento, no sabía que estabas ahí. ¿No vas a matarme?<br />
<br />
- No - respondió Valeria.<br />
<br />
- ¿Gritarme?<br />
<br />
- No.<br />
<br />
- Y eso, ¿por qué?<br />
<br />
- No se. Puede que sea porque he estado leyendo... .<br />
<br />
- ¿Leyendo qué?<br />
<br />
- Novelas de amor - dijo Valeria avergonzada.<br />
<br />
- Jajaja - rió Adrián.<br />
<br />
- No te rías, ha sido tu culpa. Si no te hubiese conocido..., si no... . ¡Me ignoraste!<br />
<br />
- Y, ¿no era eso lo que querías? - preguntó extrañado Adrián.<br />
<br />
- Yo no sabía lo que quería.<br />
<br />
- Me odias, o eso me dijiste claramente.<br />
<br />
- Te odio, sí. Te odio porque me gustas, te odio porque pienso en ti, te odio porque...<br />
<br />
Y sin más palabras, sus cuerpos se juntaron como si sus labios imantados se atrajesen como polos opuestos. <br />
<br />
Estuvieron minutos besando y acariciando sus cuerpos. Entonces Adrián, llevado por la pasión del momento, agarro suavamente los pechos de Valeria mientras le besaba el cuello.<br />
Pasaron así unos segundos pero, de repente, la mano de Valeria se estampó en la cara de Adrián, luego lo empujó y se fue corriendo de nuevo dejando a su amado solo, sin saber que habíá hecho ahora.</div>
Antonio Robleshttp://www.blogger.com/profile/17292679146956200718noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-145245288417040836.post-47269561304850782972012-11-16T00:51:00.000+01:002017-08-27T21:08:00.954+02:00Un extraño viaje<br />
Ese día sentía algo raro en mi cuerpo, como un hormigueo continuo, como si estuviese nervioso por algo. No estaba nervioso simplemente volvía a Algeciras a pasar el fin de semana con mi familia, cosa que hacía muy a menudo.<br />
El viaje no fue nada especial, iba solo con Logan, sí, llamo Logan a mi coche, y cantábamos, lo de siempre.<br />
A medida que íbamos acercándonos a Algeciras comenzó a aparecer una espesa niebla que no me permitía ver a más de 10 metros, así que aminoré la velocidad a la que conducía.<br />
<br />
Cuando estábamos a punto de llegar a casa, pensé que podría ir al paseo de la playa a tomar unas cuantas fotos que quedarían chulas y algo me invadió por dentro y cuando me di cuenta ya estábamos allí. Aparqué a Logan y me bajé con mi cámara de fotos. De repente aparecí dentro del agua sin saber cómo había llegado hasta ahí.<br />
Me salí del agua como pude, pues había mucho oleaje, el mar estaba muy agresivo. Cuando conseguí salir miré hacia el paseo y vi a un hombre haciendo fotos. Al cabo de unos segundos, la imagen del hombre se deshizo como una cortina de humo arrastrada por el viento.<br />
<br />
Comencé a andar hacia Logan pero al segundo paso unas voces me reclamaban.<br />
<br />
- Ayúdame, ayúdame.<br />
<br />
Me giré hacia la izquierda y donde antes no había nada, ni nadie, ahora habían dos niñas pequeñas. Tendrían 9 y 7 años como mucho las niñas. Estaban junto a una caña de pescar y la mayor estaba agarrándola y recogiendo el sedal rápido. No parecía que me hubiesen visto.<br />
<br />
- ¿Quién entonces reclamaba mi ayuda? - me pregunté asustado. Todo estaba siendo muy extraño.<br />
<br />
Me acerqué a las niñas. Entonces fue cuando me miraron y como un teatro ensayado señalaron hacia el mar mientras decían al unísono:<br />
<br />
- Mi mamá, mi mamá... - decían las niñas mientras el viento se llevaba sus voces.<br />
<br />
Miré donde señalaban y pude ver un brazo.<br />
<br />
- No puedo ayudaros, lo siento, si entro ahí el mar me llevará a mi también. Venid, buscaremos ayuda. - dije con voz apenada. La pena me comía por dentro, no sabía que hacer, quería salvar a esa mujer pero estaba seguro de que nada podía hacer.<br />
De pronto, ante mis ojos las dos niñas desaparecieron, el viento las deshizo... .<br />
<br />
Me invadía una sensación de terror, desconcierto, pesadumbre... .<br />
<br />
Me dirigí hacia Logan entre la espesa niebla, pero cuando llegué al paseo de la playa la luz se apagó. Estaba tan oscuro todo que no podía ver. Sabía con certeza que había farolas en todo el paseo y también sabía con total veracidad que esas farolas las habían roto a pedradas. Sin embargo, no se por qué sabía eso. Era todo tan extraño... .<br />
Asustado cogí mi móvil y marqué el número de mi madre. El móvil no hacía la llamada y tampoco me servía para alumbrar la oscuridad pues la pantalla no se encendía por mucho que pulsase botones.<br />
<br />
Con el móvil pegado a la oreja comencé a andar y notaba como si hubiese personas que chocasen conmigo al caminar. Estaba a punto de echarme a llorar.<br />
<br />
- ¡Mi linterna solar que llevo en el llavero! - pensé de repente y me dio un poco de esperanza. Pero no sirvió para nada pues no podía darle a la manivela de la linterna para que alumbrase si tenía la mano ocupada con el móvil. Con las llaves, donde estaba la linterna, en una mano y el móvil en la otra seguí caminando en la completa oscuridad hasta que de pronto una brisa me traspasó y sentí como mi cuerpo se deshacía y entonces, desaparecí.<br />
<br />
<br />
<br />Antonio Robleshttp://www.blogger.com/profile/17292679146956200718noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-145245288417040836.post-89196971513773186972012-11-01T03:00:00.002+01:002017-09-03T21:33:16.378+02:00Desbocada. Capítulo 2<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<br />
Habían pasado dos semanas desde que Valeria intentó dejar escapar los caballos que Adrián tenía en su establo. Durante esas dos semanas, Valeria estuvo enferma debido al camino de vuelta a casa que tuvo que hacer bajo la lluvia aquella misma noche.<br />
Durante el tiempo que estuvo enferma no pudo parar de pensar en Adrián, y eso la fastidiaba. El hecho de pensar en él, aunque solo fuera por elaborar un malévolo plan para fastidiarle, la hacía sentirse furiosa consigo misma. ¿Por qué no podía sacarlo de sus pensamientos?, ¿por qué soñaba con ese hombre? se preguntaba una y otra vez.<br />
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Pasaron aquellas dos semanas y lo único que consiguió fue afianzar más aun ese sentimiento de odio y recuperarse por completo.<br />
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- Señorita Valeria, un apuesto joven ha venido a visitarla. ¿Qué desea que le diga? - comunicó Amanda, el ama de llaves de la familia Robleda.<br />
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Nada más oír la noticia, Valeria pensó en Adrián.<br />
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- ¿Un apuesto joven? ¿y se puede saber quién es ese apuesto joven? - preguntó intentando disimular lo que pensaba.<br />
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- Se trata de Adríán Mejías, el joven que compró los solares del sur del pueblo. Me preguntó por usted, se le veía preocupado.<br />
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Valeria corrió hacia la entrada de la casa, airada. Cuando llegó se paró en seco al ver a Adrián. Aquella vez al verlo el corazón le dio un vuelco. !Que guapo está hoy¡ pensó de repente.<br />
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- Vaya, creía que tendrías peor cara. Me dijeron que estabas muy enferma, pero veo que tu belleza no la eclipsa enfermedad alguna. Te iba a traer flores, pero no quería que creyeses que intento cortejarte - dijo Adrián Mejías con el tono burlón que tanto odiaba Valeria.<br />
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- Sabes que no te soporto, no se que haces aquí - le dijo Valeria con tono severo sin saber de dónde había sacado las palabras para decir semejante mentira. Tenía demasiado orgullo para reconocer que estaba deseando verle, aunque también deseaba darle un puñetazo en la cara y una patada en el culo.<br />
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- No seas mentirosa, si no me soportases no irías a intentar fastidiarme en plena noche durante una gran tormenta. ¿Me vas a invitar a pasar?<br />
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- !NO¡ Vete, déjame en paz - y le cerró la puerta en las narices.<br />
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Valeria se fue corriendo a su habitación y empezó a maldecir. Al medio día se calmó aunque aun estaba enfurecida. Hambrienta, bajó a la cocina y comió todo lo que se le antojó y se dirigió hacia la casa de Adrián.<br />
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Cuando llegó le encontró en los establos, cuidando a los caballos y hablando con ellos.<br />
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- Esa chica está loca amigo. No se si me gusta, me hace reír eso sí..., esos arrebatos de ira que le dan me hacen demasiada gracia. Además, se pone muy guapa cuando se enfada. Pero no es para mí, le faltan modales, se comporta como una niña de 3 años mimada, pero a pesar de eso me gusta.<br />
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Valeria se fue andando por el bosque tras escuchar eso. La desconcertó completamente. Paseó por el bosque tranquilamente, pensando en aquellas palabras. Luego volvió a casa, se dio un baño y se durmió.<br />
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Varios días más tarde Valeria fue con su familia a cenar al mismo restaurante que iban siempre y allí también se encontraba Adrián, aunque Valeria aun no se había dado cuenta. Este se sorprendió mucho al ver que no formaba ningún numerito. Ella había cambiado pensó Adrián.<br />
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Pasaron los días y en el pueblo se hablaba del repentino cambio que había dado la chica Robleda. Adrián se enteraba de los chismes que contaban en el pueblo y cada vez le gustaban más. La niña malcriada había aprendido modales.<br />
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Un día, Valeria fue a visitar a Adrián. Éste se sorprendió mucho al verla, pensaba que se había olvidado de él, pero no era así y eso le hizo feliz.<br />
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- Como ves, pedazo de imbécil, la niña malcriada sabe comportarse, el caso es que no quería hacerlo hasta ahora - le dijo Valeria.<br />
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- ¿Has cambiado por mí?, vas a hacer que me sonroje - se burló Adrián.<br />
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- Me voy, no te soporto, no se por qué he venido, no se por...<br />
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Y las palabras de Valeria se cortaron cuando, sin esperárselo, Adrián la agarró por la cintura y la besó apasionadamente. Se estuvieron besando unos minutos hasta que Valeria reaccionó, le dio una bofetada y se marchó corriendo de allí.<br />
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Antonio Robleshttp://www.blogger.com/profile/17292679146956200718noreply@blogger.com3