viernes, 18 de agosto de 2017

Presencia


De pequeño siempre íbamos mis padres, mis hermanos y yo a casa de mis abuelos a almorzar. Solían ser sábados normales, sin sucesos extraños. Hablábamos, reíamos, los periquitos que tenía mi abuela practicaban sexo mientras comíamos y armaban mucho ruido, en fin, sábado normal.

Sin embargo, uno de esos sábados pasó algo. El grifo de la cocina se habría solo, lo cerrábamos bien y se volvía a abrir. Luego, mi madre escuchó unos pasos en el piso de arriba ( la casa es de 3 plantas ), en las habitaciones y los perros estaban al principio de la escalera ladrando con fuerza hacia arriba. Todos estábamos abajo así que nadie podía estar arriba. Mi abuela subió y miró en las habitaciones de las 2 plantas superiores. Al bajar nos dijo que no había nadie arriba.
Continuamos hablando como si nada hubiese pasado. Al cabo de un rato, los perros salieron corriendo hacia las escaleras, ladrando ferozmente. Por la escalera, cayó un paraguero que había en la esquina donde la escalera giraba. Nos quedamos todos mirando con cara de susto hacia las escaleras y nos apartamos, y los perros seguían ladrando. En un instante, se hizo el silencio, los perros salieron corriendo hacia el patio y comenzaron a ladrar de nuevo cada vez más cerca de la puerta. Nos quedamos pasmados.




A veces, cuando una casa es antigua, puede tener presencias de seres que la habitaron en otra época, o puede que solo este pasando por ahí. El día que hable con alguna presencia le preguntaré.

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