Querida Julia,
Te vi por primera vez a los 16 años. En aquel entonces no era para nada maduro, por lo que lo único que pensé al verte fue: "Menuda tía". No es nada malo, solo fue una manera de expresar la belleza que contemplé.
La segunda vez fue más emocionante, al menos para mí. Tu, junto a tu familia, os mudasteis a la casa de al lado. Al verte salir del coche sentí una gran alegría, una emoción que invadió mi cuerpo, y no podía dejar de mirarte. Eres tan hermosa....
A ti no te gustó nada que te mirase tan fijamente, eres muy borde. Tu forma de ser me gusta también, no pienses que es una critica, todo lo contrario.
A partir de entonces comencé a verte todos los días, incluso íbamos juntos al instituto. Yo siempre te daba conversación pero no eres muy habladora, así que básicamente el que hablaba era yo. No me importaba, me gusta tanto hablar y que me escuchen....
Al terminar el instituto decidí pedirte salir, pero me contestaste que no tenías interés en tener una relación con nadie. Lo acepté y te prometí que te esperaría hasta que estuvieras preparada.
Nunca te lo dije pero estudié una carrera que no me gusta, realmente la detesto, solo por estar cerca de ti.
Pasaron 4 años y ambos conseguimos nuestras titulaciones. Ahora es el momento, pensé en aquel entonces. De hecho, fui a buscarte a tu casa, para declararme, para confesarte el amor que te procesaba..., pero tu no estabas allí. Te llamé al móvil pero la operadora me decía que ese número no existía.
Deprimido volví a casa de mis padres. Al día siguiente de mi regreso, visité a tus padres y les pregunté donde podías estar, pero me dijeron que no sabían donde podías estar.
Tras varios intentos conseguí sonsacarles una dirección. Y ahora te escribo esta carta.
Espero que estés bien.
Roberto.
Días más tarde Roberto recibió una carta:
Querido Roberto,
Nunca ha sido mi intención hacerte daño. Cuando te decía que no quería tener una relación no te mentía, pero nunca he querido tenerla contigo. Eres un buen amigo pero nada más lejos. Recuerdo una vez que me intentaste besar y te golpeé. Te partí el labio, y sin embargo, volviste al día siguiente. No captas ni las directas ni las indirectas. Espero que esta carta te deje claro lo que hace mucho tiempo deberías haber entendido. No te quiero.
Siento ser tan cruel pero creo que es la única manera de que lo entiendas.
Voy a viajar por todo el mundo, ese es mi sueño.
Espero que puedas olvidarte de mi.
Julia.
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