jueves, 16 de agosto de 2012

Desde y para siempre

- Hola Verónica. He salido a tirar la basura y te he visto sentada en el porche de tu casa. Como siempre me he quedado embobado mirándote, y no es que sea un pervertido, lo que pasa es que desde que te conocí, cuando teníamos 7 años, me has resultado interesante, enigmática y preciosa. Eso es lo que me atrajo de ti en aquellos años de niñez, pero es que mientras pasaban los años, nos convertimos en el mejor amigo el uno del otro, eramos inseparables.
Recuerdo aquellas tardes en el río intentando cazar ranas y tortugas, que bien nos lo pasábamos. O esos días de lluvia que venías a mi casa y veíamos películas. Echo de menos eso. ¿Tu no?

Todo terminó cuando nos fuimos a estudiar cada uno a una ciudad diferente. Eso me consumió. Estaba muy triste todo el tiempo, decidí una noche emborracharme pero no sirvió de nada, no me sentí más feliz, todo lo contrario...

Y ahora te pregunto, ¿quieres ser mi novia?


- En primer lugar tengo que decirte que ya era hora, llevo esperando este momento años, aunque yo también podría haber actuado.
Sí, echo de menos aquellos tiempos en que pasábamos las tardes juntos, ¿cómo no iba a echarte de menos? ¡si es que te amo!
Y por supuesto que quiero ser tu novia, quiero que estemos juntos, quiero que tengamos bebés, quiero todo contigo.



Y llevados por la pasión y las emociones que sentían el uno por el otro comenzaron a besarse. Decidieron mantener una relación a distancia mientras terminaban sus estudios. Se veían todos los fines de semana y el amor nunca abandonó sus corazones.
Acabaron viviendo juntos y tuvieron 3 bebés. A los 93 años de edad murieron juntos viendo el atardecer en el porche de su casa de la playa, abrazados, enamorados.

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